Tu habilidad para manejar el conflicto tiene un gran impacto en tu éxito. Determina la cantidad de confianza, respeto y conexión que tienes con tus compañeros de trabajo.
El conflicto normalmente se reduce a conversaciones que son cruciales y donde hay mucho en juego: las emociones son fuertes y las opiniones difieren. Es difícil dominar estas situaciones sin un alto grado de inteligencia emocional. Hay cinco errores comunes que se deben evitar y cinco estrategias alternativas para ir por el camino correcto.
Error #1: Ser groseramente honesto. Las cosas hay que saber decirlas. Ser honesto sin ser grosero. Con la inteligencia emocional se puede decir la verdad sin quemar un puente.
Mucha gente piensa que el contenido de la conversación es lo que hace a la gente ponerse a la defensiva, por lo que asumen que es mejor decir las cosas como salgan. Pero no es así. La gente se pone a la defensiva por la intención que hay detrás del contenido. No es la verdad lo que duele, sino lo mal que se dice la verdad.
Error #2: Compartir “robóticamente” tus sentimientos. Algunos profesionales de la comunicación sugieren que cuando es el momento de hablar, la forma más diplomática de hacerlo es empezando por compartir tus sentimientos. Pero cuando hablamos de nuestros sentimientos por formalidad diplomática, realmente no sentimos nada y eso confunde a la gente.
Es mejor empezar a hablar de hechos. Es decir, podemos recurrir a los sentimientos y emociones pero a partir de datos y argumentos útiles.
Error #3: Defender tu posición. Cuando alguien recibe una opinión contraria sobre un tema que realmente le preocupa, la reacción natural es la “defensa”. Pero ponerse a la defensiva es una ruta segura para el fracaso.
Ten curiosidad. Desarrolla una sana duda acerca de tu propia seguridad. La mejor manera de persuadir es escuchando.
Error #4: Culpar a otros de tu situación. Tu jefe te dice que vas a llevar adelante un proyecto. Más tarde te enteras de que han nombrado a otra persona. Te sientes decepcionado. ¿Es tu jefe el causante de esa decepción?
Cuando nos sentimos amenazados, ampliamos nuestras emociones negativas culpando a los demás de nuestros problemas. Pero hay que pararse a pensar qué papel has jugado para generar esa situación. Una parte de tu decepción tiene que ver con la “traición” de tu jefe, pero otra parte tendría que ser por no haberte esforzado lo suficiente para ser la mejor opción para el proyecto.
La mejor manera de ganar una discusión es nunca tener una. Las personas exitosas saben esto. No evitan el conflicto, porque saben que pueden sacar algún beneficio antes de que se les vaya de las manos. Aplica estas estrategias antes de tu próximo conflicto y te sorprenderás de los resultados.
Fuente: Revista Forbes.