Según “La grey zuliana” maracaibo debía “tener carreteras a granel y morocotas de canto”. Recordando a nuestro emblemático Ricardo Aguirre, con nuestra gaita, símbolo de nuestra zulianidad. Maracaibo está hecha un desastre por los cuatro costados. No hay agua. No hay Electricidad. No hay comunicaciones. No hay alimentos. No hay medicinas. No hay combustible. No hay aseo urbano. No hay efectivo de moneda nacional.
Estamos pasando por la agudización de la crisis. Han hecho promesas y promesas para solventar la situación y NADA de NADA.
Los
Bancos, públicos y privados, tienen instrucciones de entregar una
cantidad mínima a las personas naturales y jurídicas. Hay un corralito
estilo argentino. No se puede disponer del dinero propio libremente.
¿Cómo es eso?
En el Zulia, están racionando el agua, aunque los embalses están llenos.
Solo una vez a la semana llega. ¿Qué pasa? ¿Esto es una situación
inducida?¿Cuál es el propósito? ¿Es una estrategia estudiada, cuáles
son los beneficios y para quién?. Nuevamente, libre de todo apremio,
vemos nuestro nuevo cono monetario, en el céntrico Mercado Las Pulgas y
la Curva de Molina. Compran nuestro nuevo cono, en más de 700% en los
mercados por parte de las mafias locales que a su vez se lo llevan a
Colombia para convertirlo en pesos colombianos.
Nuestras medicinas importadas o nacionales, se las llevan a Cúcuta o
Maicao, para luego introducirlas de nuevo a nuestro país y venderlas al
quíntuple de su precio. Todo esto sucede en nuestras narices. NADA pasa.
Ni de parte del gobierno, ni de la población sumisa.
El contrabando de combustible sigue adelante. Desde el ciudadano común que trafica con pimpinas, botellas de refrescos hasta el gran contrabandista, siguen adelante, ante la mirada complaciente de la autoridad nacional y colombiana. Al fin y al cabo, todo es un gran negocio. Los intereses particulares contra los intereses colectivos.
Reitero nunca antes el Zulia había estado tan mal. Tan descuidado y tan deteriorado. Sin esperanza de un mejor vivir. ¿Qué será de nosotros, de nuestros hijos y nietos? ¿Qué le tocará a las futuras generaciones? Que tristeza con la que vivimos. Nos ahogamos en calamidades y no se vislumbran soluciones.
Nos han engañado como a los niños. La pérdida de los valores, ha sido
fundamental. No hay educación, respeto, honorabilidad y honestidad. La
población se ha desarticulado y se ha convertido en una sociedad sumisa.
¡Qué dirían nuestros antepasados!.. Son 15 millones contra los otros 15
millones de venezolanos, cuando deberíamos estar más unidos que nunca.
El mundo al revés.
Bueno, como la esperanza es lo último que se
pierde, rogamos a nuestra “Chinita” que no nos abandone y se apiade de
nosotros y de nuestros gobernantes, para que atiendan las necesidades
básicas del Zulia, y por lo menos tengamos alimentos, medicinas, agua,
electricidad y combustible. Las morocotas de canto es como mucho pedir a
nuestra virgencita.
Fuente: Diario Panorama.
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